El Centro de Políticas Económicas de ESADE (EsadeEcPol) y Google, han publicado (22 de mayo de 2025), en el marco del Google Cloud Summit Madrid 2025, el informe “El impacto de la IA en el sector público español”, destacando su potencial para mejorar significativamente la prestación de servicios y abordar retos estructurales.
En el presente artículo realizo un breve análisis del citado informe desde mi perspectiva profesional, tanto como funcionario cuanto como investigador y usuario de la IA en el entorno administrativo.
Primeras estimaciones sobre el uso de la IA en la modernización administrativa
El informe comienza destacando lo que podríamos definir como los dos principales beneficios del uso de la IA en el sector público: mejorar la eficiencia de los procesos administrativos y el servicio a los ciudadanos. Unos beneficios que, puede decirse, constituyen causa y efecto de la aplicación de esta tecnología, por cuanto una administración más eficaz, más rápida y eficiente, aportará mejores resultados a la sociedad.
El informe sobre el impacto de la inteligencia artificial se centra en un ámbito esencial donde la IA puede aplicarse: las tareas y procesos administrativos; ámbito que constituye el núcleo de la actuación pública y de su personal, y que gracias a dichos procesos la Administración produce sus resultados en la sociedad. Sin procesos eficientes, rápidos o sin duplicidades, la maquinaria pública queda gravemente tocada, como vienen reseñando desde hace décadas autores como Baena del Alcázar, Carles Ramió o Jiménez Asensio (entre otros muchos).

No obstante, las tareas y los procesos no son los únicos elementos que pueden beneficiarse de la IA, pues sabemos que los distintos modelos y sistemas inteligentes (LLM´s, visión artificial…) pueden suponer una ayuda muy destacada en la toma de decisiones, por poner solo un ejemplo, teniendo en cuenta que esas decisiones -políticas, gerenciales, etc.- tendrán su despliegue a través de los procedimientos administrativos.
El documento presenta los resultados de un modelo económico basado en el análisis de tareas administrativas, indicando que la IA generativa podría optimizar entre el 10% y el 50% de las tareas del 67% de los empleados públicos, más del 50% para el 9% de los puestos de trabajo, siendo muy poco o nada aplicable para el 24% restante.
Esta cuestión del grado de implantación y sustitución que va a suponer la IA no está aún cerrada, pues estamos hablando de una tecnología todavía en ciernes, en constante evolución, y que se aplicaría a tantos sectores y trabajos posibles en el sector público que resulta muy difícil establecer estimaciones certeras.
Sin embargo, lo que sí parecen reflejar otros estudios es que los trabajos de carácter más manual (jardineros, recogida de residuos, servicios generales, etc.) no se verán apenas influidos, al menos de manera directa, por la inteligencia artificial. Y digo de manera directa porque además del trabajo manual de estas profesiones, suele existir un trabajo anterior o coetáneo que quizás sí podría utilizar la IA. Estoy pensando en el uso de la visión artificial, por ejemplo, para detectar la necesidad de reparaciones en la vía pública, o de modelos inteligentes para diseñar las mejores rutas de recogida de residuos.
Qué opinan los empleados públicos
El informe continúa con los resultados de una encuesta (realizada online por Public First) entre empleados públicos, según la cual aproximadamente el 33% considera que la IA podría cambiar el funcionamiento de la Administración, reduciendo la burocracia y mejorando la gestión. El 54% ya utiliza la IA, al menos ocasionalmente. Por su parte, la IA ya podría hacer el trabajo del 6% de los encuestados; y el 90% considera necesaria la implementación tecnológica en el sector público, aunque para el 60% de los empleados públicos sus administraciones no están preparadas para la implantación de esta tecnología. Sin embargo, esta última cifra contrasta con otro dato que incluye el informe, el 51% considera probable que su organización invierta el IA en 2026 (12% muy probable y 39% bastante probable).
Se trata, sin duda, de cifras muy prometedoras para esta tecnología en la administración, de las que me quedo con esa utilización, aún ocasional, que de la IA realiza más de la mitad de los encuestados, lo que denota el interés que despierta y sus posibilidades en este sector. También merece la pena destacar la opinión mayoritaria de los encuestados (90%) respecto a la ya mencionada necesidad de implementar la tecnología en la administración, que no sólo es útil sino que, sobre todo, se hace imprescindible para lograr sus fines.
Finalmente, hemos de destacar el eterno problema que sufren nuestras organizaciones a la hora de impulsar e implementar tecnologías como esta. Poco se me hace ese 60% de personas que consideran a sus entidades no preparadas para su desarrollo, lo que nos lleva, una vez más, a recordar la necesidad de impulsar la aplicación de herramientas tecnológicas en general, y de la IA en particular, desde la cúspide hacia toda la entidad. Cargos, Directivos públicos y otros mandos deben impulsar estos procesos, animar y disponer los medios necesarios para ponerlos en marcha. Y no es cuestión tanto de presupuesto cuanto de decisión.
Áreas clave de aplicación y casos de uso de la IA
El informe identifica, por otro lado, cinco frentes prometedores donde la IA puede generar un impacto significativo en la Administración pública española:
- Reducción de la burocracia: El informe destaca que la burocracia, junto a la falta de personal, es uno de los problemas más graves de nuestras organizaciones públicas. Como se ha indicado, los LLM´s son especialmente útiles a la hora de gestionar, redactar y revisar documentos, así como de automatizar procesos repetitivos y basados en reglas, lo que promete agilizar drásticamente los procedimientos. Un caso particularmente prometedor, que menciona el informe es en el ámbito de las licencias de obras (Ayuntamiento de Madrid), que de tramitarse en 12 meses pueden pasar a concederse en semanas.
- Mejora de la interacción ciudadana: Aquí los chatbots avanzados o asistentes virtuales están avanzando e implantándose por doquier en nuestras administraciones, acercándolas a los ciudadanos y aportando una información cada vez más precisa, permitiendo a los empleados realizar otras tareas. Ya no estamos hablando de esos chatbots tradicionales con preguntas y respuestas preprogramadas, sino que ahora podemos darle a la IA la documentación municipal o el enlace a nuestra web oficial, de la que aprenderá y aportará respuestas actualizadas y más fiables.
- Optimización de la contratación pública: La contratación pública y su control son una de las facetas de la IA quizás más demandadas. La complejidad de los procedimientos y las cautelas legales inherentes llevan a utilizarla para analizar la documentación, identificar patrones, buscar fraudes, detectar anomalías y simplificar la redacción de pliegos, lo que contribuye a una mayor transparencia, eficiencia y reducción de trabas en los procesos de adquisición pública.
A efectos prácticos, quien escribe estas líneas ha creado un GPT personalizado que hace las veces de asesor y comprobador de pliegos, todo dentro de las posibilidades y límites de este tipo de agentes. Se puede utilizar en https://chatgpt.com/g/g-YpOQe1D0Z-asesor-ley-de-contratos-del-sector-publico-espanol
- Apoyo a la toma de decisiones: Los algoritmos de IA ofrecen también una gran oportunidad en este aspecto. El razonamiento avanzado, unido a la capacidad de procesar mucha información, permite que la IA decida en distintos ámbitos del sector público. Podemos hablar de varios tipos de ayuda en la toma de decisiones: tomar totalmente una decisión (sin perjuicio de la oportuna validación humana); ofrecer varias opciones y que el humano decida; o asesorarle y guiarle en la toma de la decisión final. También hay que tener en cuenta si estamos ante actos discrecionales o reglados. En este último caso ya se están aplicando automatizaciones con o sin IA (ej. actuaciones administrativas automatizadas -AAA-). Y en el primer caso deberá establecerse un necesario control humano a la hora de tomar la decisión o establecer, al mismo tiempo, criterios e instrucciones lo más completas posibles. No obstante, en el caso de los actos discrecionales considero que la IA puede tener un punto a favor pues puede entender mejor el contexto y razonar hasta llegar a la mejor decisión de cada caso.
- Fundamentación de políticas públicas: La capacidad de la IA para analizar macrodatos y predecir tendencias permite a los responsables políticos, de manera similar al punto anterior, disponer de información más robusta y actualizada para la elaboración y evaluación de políticas, asegurando que estas sean más pertinentes y efectivas. El mundo actual es tan complejo y está tan lleno de variables que la toma de grandes decisiones políticas, que afectan a miles o millones de personas, requiere de un manejo casi absoluto de toda la información disponible y pertinente, que sólo la IA puede asumir.
Impacto económico de la IA en el sector público
La adopción de la Inteligencia Artificial en el sector público español no sólo promete ofrecer mejoras significativas en la eficiencia y la calidad de los servicios públicos, sino que también se prevé un impacto económico sustancial. Las estimaciones que refleja el informe indican que la productividad por trabajador podría aumentar hasta un 9% a lo largo de un período de adopción de diez años. Esta mejora en la productividad se traduciría en la generación de unos 7.000 millones de euros anuales de valor añadido bruto adicional para la economía española.
Esto es así por las razones ya apuntadas anteriormente, unos sistemas inteligentes bien integrados en los procesos administrativos conseguirán ahorrar tiempo y dinero de diferentes formas, desde el otorgamiento de licencias más rápidas y la consecuente puesta en marcha de los negocios antes, hasta el mantenimiento proactivo y más rápido de infraestructuras (p. ej. con visión artificial), sin dejar de lado la atención al ciudadano por teléfono, internet o videoconferencia, haciéndole ahorrar tiempo a la vez que el empleado público también lo ahorra. Este beneficio económico coloca a la IA no solo como una herramienta de modernización operativa, sino también como un motor de crecimiento y prosperidad a nivel nacional. De hecho, el informe señala que España se encuentra en el cuarto lugar en desarrollo de casos de uso de la IA en Europa, lo que no deja de ser una gran noticia (véanse algunos de estos casos a nivel mundial y nacional en el propio informe).
Conclusiones: hacia una Administración pública innovadora y eficiente
Para concluir este breve análisis, no cabe duda de que la Inteligencia Artificial representa una oportunidad estratégica ineludible para la Administración Pública española. Los datos analizados en el informe sobre su uso en el sector público confirman su capacidad para abordar los desafíos estructurales de la burocracia, mejorar la interacción con los ciudadanos y optimizar la toma de decisiones. Tampoco hay que olvidar la gran receptividad de los empleados públicos a esta tecnología, conocedores de los problemas que vienen acuciando a la administración -y a ellos mismos- desde hace décadas.
Esto, combinado con el potencial de generar un significativo valor económico, refuerza la urgencia de una implementación planificada y decidida. Para materializar plenamente estos beneficios, es imprescindible una gobernanza clara, una inversión sostenida en infraestructuras y un compromiso firme de los decisores públicos con el desarrollo de las competencias digitales de los empleados públicos. La IA no es solo una herramienta tecnológica; es un pilar fundamental para construir una administración pública más ágil, transparente, eficiente y, en última instancia, más al servicio de la sociedad.