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La innovación y la mejora de procesos en la Administración la ayudan a ser más eficiente y prestar mejores servicios a los ciudadanos. Por ello es necesario invertir en ellas y estudiar su implementación.

Mejorar la productividad: Técnica Pomodoro*

Hace tiempo comencé a practicar la técnica «Pomodoro» para mejorar la productividad. Mi objetivo era averiguar si realmente se mejora un aspecto que a muchos resulta realmente complicado de controlar: la organización del tiempo para optimizar nuestras tareas. O, dicho de otro modo, lograr mayor eficiencia en nuestros quehaceres, sean cuales sean (trabajo, estudio…).

A muchos les ocurre lo mismo, a veces tenemos tantas cosas en la cabeza que no sabemos por dónde empezar. Queremos hacer varias cosas al mismo tiempo (multitarea), no organizamos los tiempos, nos aturullamos y hay quien se bloquea, perdiendo un tiempo valiosísimo. Y eso cuando no nos dedicamos a procrastinar, a retrasar la ejecución de tareas continuamente.

Pues bien; mirando el tema de la productividad en el trabajo y las técnicas más conocidas (como GTD, time boxing, autofocus…) me topé con esta curiosa modalidad del time boxing.

Técnica pomodoro
Técnica pomodoro

La base de todas estas técnicas consiste en ayudarnos a programar y organizar nuestras tareas como primer paso (planificar) para después ayudarnos a desarrollarlas sin interrupciones.
Estas son uno de los principales problemas con que nos encontramos en el día a día. Estamos haciendo algo y de repente nos vienen a la cabeza multitud de cosas que tenemos que hacer (llamar a fulanito, revisar el correo…). Son las llamadas interrupciones internas. Luego también están las externas, aquellas cuya aparición no podemos controlar (esa llamada inoportuna, un cliente o proveedor que viene…)

Pues bien, uno de los pasos para lograr ser más productivos consiste en saber lidiar con estas interrupciones.

La técnica pomodoro

La técnica pomodoro (tomate en italiano) la creó precisamente un estudiante de esa nacionalidad llamado Francesco Cirillo, que tenía esos problemas. Vio esos cacharrillos en forma de tomate, manzana o cualquier otro alimento que controlan el tiempo de cocción de los alimentos y avisan pasados los minutos que programemos; y partiendo del time boxing diseñó el sistema.

La base del mismo es planificar previamente todas las tareas pendientes en una hoja inventario de actividades y luego, día a día, planificar las tareas que pretendemos desarrollar (hoja de actividades diarias). También hay una hoja de inventario para llevar un control estadístico, pero no la he utilizado.

En qué consiste la técnica pomodoro

Pomodoro consiste en dividir el tiempo en el que desarrollamos las tareas en bloques de 25 minutos, tras los cuales hay una pausa de 5 minutos. Cada bloque de 4 «pomodoros» completados nos da una pausa de 15 minutos. Por lo que dos pomodoros serían una hora de trabajo.
Cada pomodoro es indivisible e ininterrumpible. La idea es que nos centremos al 100% en la tarea. Es muy gráfico el vídeo de presentación de la web oficial (el enlace está al final). Es como si pusiéramos una barrera entre la tarea y el mundo exterior. Si algo nos interrumpe lo anotamos como próxima tarea o lo demoramos para cuando terminemos (alguien que nos llama, una tarea que nos hemos acordado que hay que hacer…). Pero si realmente nos distraemos o se interrumpe totalmente la tarea hay que anular el pomodoro y comenzarlo de nuevo.

La primera pregunta que surge es por qué 25 minutos y no 20, 40 o 60. Según el autor esos 25 minutos es el resultado de calcular a base de práctica el mejor intervalo de tiempo de trabajo.

La técnica sólo se basa en la realización de las tareas pero no en la obtención de resultados en sí; eso lo debemos controlar nosotros. Si una tarea requiere una hora la programaremos para 2 pomodoros, pero si requiere más de 5-7 pomodoros es conveniente descomponerla en tareas más pequeñas.

También se aconseja utilizar los 3-5 primeros y últimos minutos de cada pomodoro para repasar la tarea antes de comenzarlo y justo antes de concluirlo. Esto permite una primera toma de contacto con una nueva tarea (pueden dedicarse a esto hasta 10 minutos) o retomar la que ya habíamos comenzado antes, así como una revisión al final de cada bloque.

Según el autor, la técnica permite trabajar individualmente, en parejas o en grupo,  y también calcular el tiempo de desarrollo de una determinada actividad, lo que podría traducirse -según el autor- en saber su coste.

Poniendo en práctica el sistema pomodoro

Durante dos semanas puse en práctica el sistema pomodoro. Primero rellené en una hoja inventario las tareas que tenía pendientes, en general. Por ejemplo, leer varios libros, trabajar en la Tesis, hacer yoga, pilates, judo, estudiar inglés… vamos, lo que tengáis pendiente. Calculando los pomodoros que supongan.
La primera cuestión que surgió fue saber su tiempo de realización. En cuanto a la lectura de libros no hay mucho problema, pues calculando las páginas que podemos leer sin interrupción cada media hora (por la duración del pomodoro más la pausa) seremos capaces de estimar lo que nos llevaría leerlo completamente.

En cuanto a tareas más complejas (trabajar en la Tesis) como es una actividad a más largo plazo y que puede dividirse en tareas independientes (hacer tal capítulo, buscar tales datos…) podemos anotar en la hoja inventario bien el concepto «trabajar en la Tesis» o «terminar el capítulo I». Yo preferí lo segundo, pues es conveniente marcarnos objetivos realizables a corto plazo para ver el progreso. Si pongo trabajar en la Tesis, lo que me puede llevar años, no veré en la hoja de inventario prácticamente ningún avance, pero si pongo «Depurar el capítulo V» tengo un objetivo realizable a corto, con más posibilidad de estimación del tiempo de realización.

Tanto si no sabemos el tiempo que nos llevará como si se trata de actividades reiteradas (como hacer yoga cada día) yo no puse una duración en el inventario sino que en la hoja de actividades diaria la anoté con el número de pomodoros previstos para ese día. Por ejemplo, al yoga se le puede destinar un pomodoro diario, a la Tesis tres ese día concreto (otro día puedo dedicarle 4 en varias tareas más pequeñas, por ejemplo), y así.

Libro sobre la técnica Pomodoro
Libro sobre la técnica pomodoro

Para controlar el tiempo podemos utilizar cualquier sistema que nos permita medir el tiempo en intervalos de 25 minutos; o un cronómetro de cocina o uno normal, o incluso una aplicación informática. Yo he utilizado pomodroido (en inglés) para mi teléfono android. La ventaja es que está diseñado para alcanzar un «nivel» según completas pomodoros (principiante, iniciado, entrenado…) con lo que te vas picando para hacer más pomodoros y avanzar de nivel. Es como un reto, parece un juego y se hace más llevadero.

Conforme completemos pomodoros pondremos una cruz a la derecha de la línea correspondiente de la tarea en la hoja diaria. Al terminar las tareas las tacharemos de la misma, y si concluye la actividad completamente (leer un libro) también la tacharemos de la hoja de inventario de actividades.
Resulta muy gratificante ver el progreso y cómo vamos concluyendo actividades. El simple hecho de tachar nos estimula mucho.

Gestionando las interrupciones

Como decía, la idea que subyace en estas técnicas es centrarnos en una sola tarea cada vez, pero es obvio que tendremos distracciones externas e internas. Las internas se solucionan con un poco de práctica al concentrarnos en nuestro pomodoro. Parece una tontería pero saber que tienes un tiempo limitado para realizar tu bloque de tarea ayuda a ser más eficiente.

La técnica sugiere que la hoja de actividades diarias se divida en dos partes: la superior para poner las tareas del día, intentando que sea por orden de prioridad; y la inferior para añadir tareas que nos van surgiendo a lo largo del día.

En cuanto a las interrupciones internas, si en medio de una tarea nos acordamos de algo (llamar a Pepe, enviar un mail, comprar unas flores para mi mujer…) pondremos un apóstrofe junto a la tarea que estamos haciendo, en la hoja diaria, y anotaremos esa nueva actividad en la mitad inferior. Cuando estemos en el descanso o cuando tengamos tiempo (incluso podemos dedicar un pomodoro para completar esas interrupciones posteriormente) la podremos hacer.

Respecto a las interrupciones externas (viene un compañero a pedirnos algo, nos llaman por teléfono, tenemos un cliente/proveedor esperando, etc.) depende de qué se trate. A un compañero le podemos decir que ahora le llamamos o que nos llame en unos minutos; el teléfono podríamos dejarlo descolgado -si no nos supone un problema-. Dependerá de cada situación. Si podemos dejar estas interrupciones para gestionarlas más tarde haremos lo mismo que con las internas, anotarlas en la parte inferior de la hoja diaria.

Problemas planteados

La primera duda que surge es sobre la duración establecida. ¿Y si mi tarea dura más o menos de 25 minutos?
En el primer caso habría que hacerla en tantos pomodoros como consideremos, pero que nos suene el «ring» y tener que hacer una pausa cada 25 minutos puede alterarnos casi tanto como lo que tratamos de evitar. Además, no parece tener mucho sentido dividir así tareas complejas como trabajar en la Tesis. Se ha estudiado que un intervalo efectivo para realizar tareas sin perder concentración son unos 50 minutos, haciendo descansos de unos 10 minutos, con lo que dividir en partes de 25 minutos las tareas puede suponer una cierta pérdida de eficacia. Efectivamente, técnicas como time boxing, enfocadas a planificar y realizar tareas en intervalos personalizados, parecen mejores. Todo depende del tipo de actividad que hagamos. Pomodoro puede ser útil para algunas de ellas que permitan esa división temporal o si bloques más grandes nos hacen perder concentración.

El otro supuesto es el de realizar tareas que nos lleven menos de un pomodoro. El autor recomienda agrupar varias tareas para completarlo pero el problema es que tengamos tareas dispares o no sea posible ajustarlas a un pomodoro, o bien que no tengamos tareas que hacer que puedan inclucirse en el sistema.

Otro problema, que creo se produce en cualquier técnica, es la sobreestimación o subestimación del tiempo que vamos a dedicar a cada tarea y a todas en cada día. Para tareas de largo desarrollo podemos decidir dedicar «x» pomodoros un día. Si luego podemos dedicarle más tiempo habrá que actualizar la previsión sobre la marcha. Para tareas más cortas que se hagan en un día podemos estimar que durará un pomodoro pero luego resulte que lleve más o al revés, que nos sobren pomodoros. Por ejemplo, para escribir esta entrada supuse un sólo pomodoro (subestimación) pero como verás, le estoy dedicando bastante más tiempo del previsto y ahora voy por el tercero. Lo bueno del sistema es que permite saltarse los descansos para evitar la desconcentración.

En la práctica la sub y sobre estimación supone que puedan quedarse tareas pendientes. Yo voy revisando cada día las que me han ido quedando para incluirlas en los días sucesivos, pero en cualquier caso se hace difícil y será cuestión de práctica ajustar las tareas con el tiempo que vamos a tener al cabo de la jornada.
Conforme termino actividades que me iban quedando pendientes otros días lo anoto también en esas hojas diarias pero no tachándolas, para que no parezca que la he realizado ese día, sino con una simple marca para saber que se ha hecho posteriormente y no me tengo que preocupar de ella más.

Conclusiones

Creo que prácticamente cualquier técnica de mejora de la productividad es beneficiosa, más si tenemos problemas de organización. Con un simple cuaderno y un bolígrafo podemos hacer maravillas. Pero quede claro que debemos poner algo de nuestra parte: constancia, ser conscientes de que debemos trabajar el tema de las interrupciones, no demorar la realización de tareas (procrastinar, ¡qué palabra más fea!) y marcarnos unos hábitos «saludables» de planificación y trabajo.

La técnica pomodoro es muy sencilla y viene bien para determinado tipo de tareas pero como dije, tiene el problema de la limitación del tiempo.
A mi me ha servido, no obstante, para ser más eficiente, pues he aprendido a concentrarme en la realización de mi tarea durante el pomodoro. Todo depende también de lo hábiles que seamos en la gestión de las interrupciones o las posibilidades que nos ofrezca nuestro entorno. Hay profesiones en que resulta más complicado aislarnos de ellas.

Se puede probar esta técnica porque es fácil de implementar y nos ayuda a no demorar tareas, a centrarnos y, en suma, a mejorar nuestra productividad.

Nota: Tiempo de redacción, revisión y publicación: 4 pomodoros.

* Entrada original de diciembre de 2012

Para saber más:

Web oficial de Pomodoro.
Técnica pomodoro en Wikipedia.
Breve manual en español.
Blog tratando de entenderlo.