La innovación TIC en las oficinas de empleo y sus peligros

    El Ministerio de Empleo ha encargado el desarrollo de una herramienta informática que permitirá establecer la probabilidad que los parados tienen de encontrar un empleo a 3, 6 y 12 meses. Se trata de una nueva forma de aprovechar las TIC y el Big data para mejorar los objetivos de las oficinas de empleo y, según indica el Ministerio, de conocer si dan resultados las políticas aplicadas.

Es, sin duda, una importante innovación en la forma de aplicar las nuevas tecnologías a las citadas políticas. La herramienta permitirá, además, conectar sus resultados con propuestas para la mejora de dichas probabilidades de cada demandante de empleo, en el sentido de que estudia los sectores en los que encaja cada uno y las carencias que puede tener para lograr un trabajo, ofreciendo soluciones (formativas, de adquisición de experiencia…) para acercarlo a la colocación.

    La novedad que quiero destacar no se encuentra sólo en este aspecto sino ante todo de la intención de utilizar la aplicación como sistema de retroalimentación para evaluar las políticas públicas y saber si están funcionando. Creo que se trata de un importante avance, pues estamos muy acostumbrados a que tradicionalmente no se establezcan medios de control de la acción de los gobiernos ni de las Administraciones, lo que lleva al fracaso e ineficiencia de dichas políticas.
    El lado no tan positivo quizás se encuentre, como me comenta un amigo aficionado a las teorías conspiranoicas, en que se pretendan utilizar todos esos datos para forzar de alguna forma a los desempleados a aceptar determinadas ofertas de empleo que en otro caso no aceptarían. Esto es bueno y malo. Es bueno porque el objetivo de las oficinas de empleo es, precisamente, enlazar demandantes con oferentes y que aquellos encajen lo mejor posible en las necesidades de las empresas, algo que a fecha de hoy está siendo un problema y lleva a la poca eficacia de dichos organismos.
    También se trata de controlar mejor a quienes se encuentran apuntados a las oficinas de empleo o incluso reciben ayudas públicas pero no tienen ninguna intención de trabajar pudiendo hacerlo. Es decir, se intenta reducir el fraude, lo cual es loable en un país como España en que está enquistado y no existen controles suficientes en este y en otros muchos ámbitos.
    El lado malo, tal vez, es que con el objetivo de reducir las listas del paro se fuerce con esos datos a los desempleados a aceptar determinadas ofertas que en otras condiciones (y por motivos justificados como la distancia al lugar de trabajo) no aceptarían.
    En fin, como toda tecnología, la aplicación informática que está desarrollando el Ministerio no es buena ni mala, eso lo dirá el uso que se le dé realmente, aunque debemos confiar en que ofrezca los resultados que todos esperamos y las oficinas de empleo mejoren sus resultados en beneficio de todos.

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