Hace tiempo aparecía en varios medios de comunicación con titulares muy llamativos que sería posible despedir funcionarios por un bajo rendimiento. La noticia partía de las conclusiones publicadas por el Grupo de Trabajo sobre la evaluación del desempeño creado dentro de la Comisión de Coordinación del Empleo público.
Dicho Grupo surgió en el seno del Ministerio de Hacienda en diciembre de 2012 para estudiar el desarrollo del Estatuto Básico del Empleado Público (EBEP) en materia de evaluación del desempeño (al igual que sobre carrera, movilidad y personal directivo).
Pues bien, la noticia en la prensa indicaba como algo novedoso, con grandes titulares, de esa posibilidad de despido de funcionarios, algo que a buen seguro alegraría a más de un ciudadano crítico con la función pública pero que también desearía ser funcionario.
Leídas las conclusiones del Grupo de trabajo lo único que se aprecia claramente es un repaso sobre el concepto y el sistema de evaluación del desempeño, sus elementos claves y algunas cuestiones que deben aclararse en un futuro, todo ello con el único fin de mejorar la calidad de los servicios públicos, y la única referencia a la remoción (que no despido) de los funcionarios es respecto a los que obtuviesen sus plazas por concurso, como también establece el EBEP, punto que mencionaba la prensa casi de pasada.
Bien es cierto que la evaluación debe extenderse a todo el sector público en aras de una mayor eficacia y eficiencia en el trabajo diario de los servidores públicos, castigando adecuadamente a quienes se descuidan en sus deberes, pero otra es que de buenas a primeras se rompa con el derecho a la inamovilidad, o mejor dicho, a la plaza (que no al puesto) y con la imparcialidad que aquella asegura al funcionario y por extensión a su trabajo, más teniendo en cuenta los constantes intento de los políticos por manejar a su antojo la res publica.
Salvo que el informe completo del Grupo de trabajo incluya alguna propuesta que no haya mencionado en las conclusiones respecto al posible despido de funcionarios, lo cual diría muy poco de aquel por la importancia del tema, me temo que la noticia no pasa de ser una mala interpretación de las conclusiones por parte de la prensa o que la finalidad sea el sensacionalismo.
Muchas normas tendrían que cambiar, comenzando por el propio EBEP, para que el bajo desempeño lleve al despido (aunque si los políticos se empeñan no lo descartaría tampoco), pero creo que no van por ahí los tiros sino por establecer unas reglas generales y básica sobre la evaluación y poderla aplicar mejor en todas las Administraciones Públicas.
Con el número creciente de funcionarios que hay, una buena cantidad de ellos enchufados por políticos en oposiciones o concursos convocados específicamente al efecto, no estaría nada mal poder despedir funcionarios simplemente por recorte.