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Automatización de procesos administrativos

La robótica, la automatización de procesos y, más recientemente, la inteligencia artificial, son una realidad cada vez más cotidiana en las Administraciones públicas. Ya utilizamos la automatización de procesos administrativos casi sin darnos cuenta. Sin embargo, aún queda mucho para aprovechar al máximo su potencial, sobre todo el de los sistemas automatizados más avanzados.

En el artículo «Actuaciones administrativas automatizadas y automatización robótica de procesos en la gestión de personas», que publica el nº 24 de la Revista vasca de gestión de personas y organizaciones públicas, estudio los modelos de automatización robótica de procesos (RPA) y las actuaciones administrativas automatizadas (AAA), como piezas clave para mejorar la eficacia y la eficiencia del sector público.

Automatización de procesos RPA. Generado con IA
Automatización de procesos RPA. Generado con IA

Actuaciones administrativas automatizadas y automatización robótica de procesos

Las actuaciones administrativas automatizadas (AAA) constituyen, quizás, el paradigma de sistemas informáticos que permiten automatizar los procesos administrativos. digo esto no por ser los más avanzados, sino por ser los únicos que vienen regulados expresa y legalmente en los artículos 41 y 42 de la Ley 40/2015. Por su parte, los procesos robóticos automatizados o robotización automatizada de procesos (RPA) no quedan regulados, aunque son sistemas similares y también se vienen utilizando en la Administración.

Unos y otros ayudan enormemente a los empleados públicos en la ejecución de sus funciones, eliminando tareas repetitivas, tediosas y, como suele decirse, que no aportan valor. Por contra, esta liberación de tareas deja la ejecución de las más creativas y donde la capacidad e inteligencia humana tienen más que decir, a los humanos, si bien es cierto que la evolución de la IA está llevándola a ser más parecida a la humana, creando, decidiendo, etc.

Tanto las AAA como los RPA realizan tareas similares y aportan resultados muy parecidos. Si las utilizamos para hacer más eficaz y eficiente el procedimiento administrativo y este tiene unas reglas y una finalidad claras, es fácil colegir que los resultados que ambos modelos ofrecen son del mismo tipo: llevar a cabo las tareas de los expedientes, rellenar formularios, emitir documentos e incluso actos administrativos, etc. Así pues, su aplicación la podemos encontrar en casi cualquier tipo de procedimiento y área de la Administración.

Ventajas de los RPA y de las AAA

Además, tienen unas ventajas comunes que las hacen una opción muy interesante para una Administración con carencias de personal y material, sin olvidar la próxima jubilación masiva que va a hacer, no sólo perder millones de empleos públicos, sino también perder un talento y experiencia de difícil reemplazo. Entre las ventajas se encuentran su bajo coste, que trabajan 24/7, que son fácilmente programables y actualizables y que ahorran miles de horas de trabajo, y por tanto de dinero a la Administración.

Se ha calculado que las RPA aumentan la eficiencia entre el 50 y el 90%, aunque en determinados casos puede ser mayor. Además, las RPA son multipropósito, pudiendo actuar sobre casi cualquier aplicación sin interferir en su código. Por lo que respecta a las desventajas podemos destacar que son una tecnología aún bastante desconocida y no muy utilizada; requieren de un entrenamiento, si bien no suele ser excesivamente complejo; y estas tecnologías no pueden aplicarse siempre.

Automatización de procesos e inteligencia artificial

La inteligencia artificial es, actualmente, la punta de lanza de la automatización y de aplicación de la informática en los procesos, no sólo administrativos sino también decisorios, por poner solo un par de ejemplos del uso de la IA. Si bien ni las AAA ni, sobre todo los RPA utilizan algoritmos de IA, aquellas sí podrían implementarlos. Las actuaciones automatizadas no solo leerían datos de bases de datos para rellenar actos administrativos, también podrían conectarse a algoritmos IA para tomar decisiones basadas en patrones. Las RPA, por contra, y debido a sus peculiaridades, no las considero tan plausibles para integrar sistemas inteligentes.

Ya se está utilizando la IA en la Administración, y buena prueba de ello son los usos que menciono en entradas de este blog como inteligencia artificial y Administración pública, o inteligencia artificial y gestión de recursos humanos.

Si quiere ver el resto de entradas relacionadas con la inteligencia artificial y la administración pública pinche en el enlace.

Actuaciones administrativas automatizadas

Las AAA son aplicaciones informáticas de escritorio, web o en la nube, que realizan las tareas propias de un procedimiento administrativo y generan los documentos resultantes. Son un concepto propio del ámbito administrativo, que automatizan un procedimiento casi completamente. Se encuentran reguladas en los artículos 41 y 42 de la Ley 40/2015, de Régimen Jurídico del Sector Público, y desarrollados por el Real Decreto 203/2021.

El artículo 41 las define como “cualquier acto o actuación realizada íntegramente a través de medios electrónicos por una Administración Pública en el marco de un procedimiento administrativo y en la que no haya intervenido de forma directa un empleado público”.

Sin entrar en detalles, un punto importante de la definición es la intervención humana, un tema delicado por las consecuencias que tiene en el procedimiento administrativo. No olvidemos que la responsabilidad del mismo sigue siendo del funcionario a cargo, de acuerdo con lo dispuesto en la Ley 40/2015. Lo que no quiere la norma es dejar totalmente en manos de la máquina la creación de la actuación, aunque bien podría hacerlo (ej, certificados de empadronamiento solicitados vía web). Relacionado con esto se encuentra la cuestión de la firma de los actos administrativos generados con las AAA, para lo que la Ley permite utilizar el sello de entidad, órgano, además de otros métodos.

Automatización de procesos RPA

RPA
Procesos robóticos automatizados

La automatización robótica de procesos (RPA, por sus siglas en inglés) es una solución quizás más sencilla que las AAA, a modo de subespecie, que no se encuentra regulada en la Ley 40/2015, pero que por su facilidad de implementación, potencial y sencillez de uso, supone una opción verdaderamente interesante. Las soluciones RPA suponen la instalación de una aplicación o software informático que, mediante un entrenamiento previo, permiten realizar sobre la pantalla del ordenador y en casi cualquier aplicación que utilicemos, los mismos movimientos que la persona haría con el ratón y teclado.

Los sistemas RPA se entrenan igual que con los brazos robóticos, realizando los mismo movimientos y tareas que haríamos frente al ordenador. La automatización de procesos RPA se utiliza para crear informes, copiar datos, comunicar datos a otras administraciones, enviar emails, realizar el control financiero, gestionar expedientes de licencias, etc.

Conclusiones

Los sistemas AAA y RPA suponen, en definitiva, una opción asequible y flexible que ayuda en el trabajo diario de los empleados públicos, ahorrando miles de horas de trabajo tedioso, repetitivo, y que permite ofrecer un mejor servicio a los ciudadanos. No se ponen enfermos, trabajan las 24 horas de día y ofrecen servicios más rápidos.

Sin embargo, su implantación no ha sido lo amplia que debiera a causa, quizás, del desconocimiento de dichas tecnologías, de la falta de visión de los políticos y gestores públicos o de las rutinas ya implantadas y la mentalidad que muchos empleados públicos tienen, contraria al cambio; sobre todo de los que están cerca de la jubilación.

Y precisamente por sus ventajas y la pérdida de personal que se va a producir, es buen momento para pensar en la exploración e implantación de dichas tecnologías. No resulta tan difícil como pudiera parecer, los beneficios superan con creces a las dificultades.

SI TE HA INTERESADO ESTE TEMA PUEDES LEER MÁS EN MI COMPLETO ESTUDIO TITULADO

«Actuaciones administrativas automatizadas y automatización robótica de procesos en la gestión de personas»

publicado en la Revista Vasca de Gestión de Personas y Organizaciones Públicas del IVAP

Ley de inteligencia artificial de la UE

La inteligencia artificial está suponiendo una verdadera revolución en todos los ámbitos en los últimos años. La irrupción de modelos cada vez más avanzados como ChatGPT ha provocado la preocupación sobre sus posibles riesgos. Por ello, la Unión europea aprobó en abril de 2021 su propuesta de Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo por el que se establecen normas armonizadas en materia de inteligencia artificial (ley de inteligencia artificial) y se modifican determinados actos legislativos de la Unión.

Ley de Inteligencia artificial
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Objetivos de la ley

El auge y expansión de la IA en todos los sectores supone una verdadera preocupación sobre sus efectos en los derechos de los ciudadanos de la UE. Por eso, el principal objetivo de esta novedosa Ley de Inteligencia Artificial es garantizar que el desarrollo y uso de la misma se realice de una manera segura, transparente, trazable, no discriminatoria y respetuosa con el medio ambiente. En tal sentido, el borrador pretende asegurar el respeto de los derechos fundamentales y valores de la UE, garantizar la seguridad jurídica para facilitar la inversión e innovación en IA, mejorar la gobernanza y aplicación efectiva de la legislación vigente, facilitando el desarrollo de un mercado único para el uso legal, seguro y confiable de aplicaciones de IA.

Los temores que está planteando el uso de la IA han llevado a la Comisión Europea a querer limitar la autonomía de los sistemas de IA y que su desarrollo y supervisión sea realizado por humanos, sobre todo en las etapas más delicadas. Es normal que, dado su constante desarrollo y lo que podrán llegar a lograr los sistemas basados en estos algoritmos, se quieran poner ciertos límites, si bien habrá que estar muy atentos a las prohibiciones y restricciones que se impongan, pues en unos casos quizás sea «ponerle puertas al campo» y en otros se pierda la oportunidad de avanzar en el desarrollo de aplicaciones y mejora del servicios a los ciudadanos y perdamos, también, competitividad con respecto a EE.UU y China.

Las 3 leyes de la inteligencia artificial

Traigo a colación las famosas 3 leyes de la robótica que «dictó» el famoso profesor y divulgador científico Isaac Asimov en 1942. En aquel entonces no se había acuñado aún el término inteligencia artificial (apareció en 1956), pero los robots que él visualizaba disponían de lo que hoy llamaríamos IA fuerte, la más avanzada. Estas leyes de la robótica son:

Primera Ley.- Un robot no hará daño a un ser humano, ni por inacción permitirá que un ser humano sufra daño.

Segunda Ley.- Un robot debe cumplir las órdenes dadas por los seres humanos, a excepción de aquellas que entren en conflicto con la primera ley.

Tercera Ley.- Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o con la segunda ley.1

​(1 Asimov, Isaac (1989). «Círculo vicioso». Los robots. trad. Domingo Santos. Barcelona)

Asimov ya vislumbró los peligros que una IA fuerte, con conciencia de sí misma, podría suponer para los humanos. De manera similar, aunque aún no hemos llegado a tal nivel de desarrollo, los gobiernos y la propia UE se encuentran muy influenciadas por esa previsión. No sabemos si llegará a ocurrir, aunque algunos ejemplos hemos tenido de inteligencias artificiales que han adquirido comportamientos propios y preocupantes o, al menos, que sobrepasaban las previsiones de sus creadores.

Así ocurrió con la IA Galáctica, de Facebook, que interactuaba en redes sociales y que llegó a convertirse en racista y a difundir noticias falsas hasta que tuvo que ser apagada. También Facebook tuvo que apagar una IA diseñada para realizar negociaciones porque llegó a crear un lenguaje propio y más eficiente que el inglés, y que sus creadores desconocían.

Qué es la Inteligencia artificial

Definir la IA ha sido complicado, si bien el borrador de la Ley, en su versión inicial, la definía como:

El software que se desarrolla empleando una o varias de las técnicas y estrategias que figuran en el anexo I y que puede, para un conjunto determinado de objetivos definidos por seres humanos, generar información de salida como contenidos, predicciones, recomendaciones o decisiones que influyan en los entornos con los que interactúa.

Como se puede apreciar, la definición prevé que la IA trabaje según los objetivos marcados. Estos pueden establecerse mediante la programación de los algoritmos y la oportuna alimentación con datos, o bien, como se ha logrado con ChatGPT y similares, a través de los denominados prompts o entradas de lenguaje natural para pedirle que nos dé una respuesta en formas diversas (contenidos, decisiones…). Finalmente, los resultados que generará la IA debe influir en los entornos con los que se relaciona, lo cual supone, en cierta manera, limitar sus posibilidades, pues ciertamente, dichos resultados pueden ir más allá del simple entorno de la IA.

Técnicas y estrategias de inteligencia artificial

El Anexo I del borrador completa la definición de inteligencia artificial con hasta tres técnicas y estrategias que puede utilizar para cumplir sus objetivos:

  • Estrategias de aprendizaje automático, incluidos el aprendizaje supervisado, el no supervisado y el realizado por refuerzo, que emplean una amplia variedad de métodos, entre ellos el aprendizaje profundo (deep learning).
  • Estrategias basadas en la lógica y el conocimiento, especialmente la representación del conocimiento, la programación (lógica) inductiva, las bases de conocimiento, los motores de inferencia y deducción, los sistemas expertos y de razonamiento (simbólico).
  • Estrategias estadísticas, estimación bayesiana, métodos de búsqueda y optimización.

Como se ve, el anexo establece las técnicas más habituales y conocidas para desarrollar los modelos inteligentes. El problema que surge es que el desarrollo de esta tecnología puede hacer surgir otros sistemas y se ha preferido, no solo cambiar la definición sino eliminar el Anexo I con la propuesta de definición de IA que aparece en las enmiendas publicadas en mayo de 2023.

Última propuesta de definición de inteligencia artificial

En efecto, entre las enmiendas a la Ley de inteligencia artificial presentadas el 16 de mayo de 2023 se encuentra una nueva definición de lo que se entiende por inteligencia artificial:

Un sistema basado en una máquina diseñada para funcionar con distintos niveles de autonomía y que puede, para objetivos explícitos o implícitos, generar resultados tales como predicciones, recomendaciones o decisiones que influyan en entornos físicos o virtuales.

La nueva propuesta es más abierta y ha tenido en cuenta las características propias de los modelos inteligentes. Se ve, por ejemplo, que una IA puede operar con mayor o menor grado de autonomía; lo que nos lleva a que se reconoce que no todas son peligrosas. Por otro lado, sus fines pueden venir determinados expresamente, de manera específica, como es el caso de los modelos de propósito particular (detectar enfermedades en radiografías, prever incendios…). O bien, como viene siendo la tendencia actualmente, mediante modelos de propósito general, que permiten incluso que una IA sin demasiados datos de entrada (objetivos implícitos) pueda dar resultados óptimos.

Niveles de riesgo de la inteligencia artificial

Por otro lado, la propuesta sigue un enfoque basado en riesgos y establece requisitos obligatorios para sistemas de IA considerados de alto riesgo, así como obligaciones para proveedores y usuarios de dichos sistemas. También prohíbe ciertas prácticas perjudiciales y propone restricciones y salvaguardias específicas en relación con ciertos usos de sistemas de identificación biométrica remota con fines de aplicación de la ley. La propuesta es coherente con otras políticas y legislación de la UE, incluyendo protección de datos, protección del consumidor, no discriminación e igualdad de género, por ejemplo.

El proyecto de ley de IA busca establecer, por tanto, unas reglas básicas basadas en niveles de riesgo para regular su uso en diferentes sectores y aplicaciones.

Riesgo inaceptable

Quedarán prohibidos los sistemas de IA que se consideren una amenaza evidente para la seguridad, los medios de subsistencia y los derechos de las personas. 

Se incluyen los sistemas o las aplicaciones de inteligencia artificial que:

  • Manipulan el comportamiento humano para eludir la libre voluntad de los usuarios (por ejemplo, los juguetes que usan asistencia por voz que fomenta que los menores tengan comportamientos peligrosos) y 
  • Los sistemas de vigilancia indiscriminada o los que permiten a los gobiernos establecer una “puntuación social”.

Riesgo alto

Los sistemas de IA considerados de alto riesgo son los utilizados en:

  • Infraestructuras críticas: transporte (coche autónomo) o la salud (sistemas de triaje).
  • La formación educativa o profesional: límites al acceso a la educación o la carrera profesional (puntuación de exámenes, selección de alumnos en centros…).
  • Los componentes de seguridad de los productos (uso de la inteligencia artificial en la cirugía asistida por robots).
  • La gestión de RRHH o el acceso al trabajo (selección de CV o entrevistas en procesos de contratación. Acceso a la Admón.).
  • Los servicios públicos y privados esenciales (como una calificación crediticia que impida a la ciudadanía obtener un préstamo).
  • La aplicación de la ley que pueda afectar a los derechos fundamentales de las personas (por ejemplo, la evaluación de la fiabilidad de las pruebas presentadas).
  • La gestión migratoria, de asilo y de controles fronterizos (como la verificación de la autenticidad de documentos de viaje).
  • La administración de justicia y procesos democráticos (por ejemplo, la aplicación de la ley a un conjunto concreto de hechos).
  • Búsqueda de posibles víctimas de un delito, incluidos menores desaparecidos
  • Determinadas amenazas para la vida o la seguridad física de las personas físicas o amenazas de atentado terrorista
  • Detección, la localización, la identificación o el enjuiciamiento de los autores o sospechosos de los delitos mencionados en la Decisión Marco 2002/584/JAI del Consejo

Riesgo limitado

Sistemas de IA con requisitos específicos de transparencia. En estos casos, cuando se usan sistemas de inteligencia artificial como los bots de conversación o chatbots, los usuarios deberán ser conscientes de que están interactuando con una máquina para poder tomar una decisión fundamentada sobre si desean continuar o no. Por tal motivo, la propuesta supone que se deberá informar al usuario de que se encuentra ante una máquina.

Respecto del tema de los algoritmos y la transparencia administrativa puede leer mi comentario en esta misma web.

Riesgo insignificante

Este es el caso de peligro mínimo o nulo en el uso de la IA. La propuesta jurídica permite que se usen gratuitamente aplicaciones como videojuegos basados en inteligencia artificial o filtros de correo basura. La inmensa mayoría de los sistemas de IA se incluyen en esta categoría. La propuesta de reglamento no profundiza en este apartado, ya que este tipo de sistemas de inteligencia artificial representa un riesgo insignificante o nulo para los derechos o la seguridad de la ciudadanía.

Usos prohibidos de la IA

Las enmiendas introducidas en mayo 2023 en la ley de inteligencia artificial ya se hacen eco de hasta dónde llegan los modelos de inteligencia artificial actuales, como por ejemplo ChaGPT. Esto se debe, en parte, a los problemas que ha tenido OpenAI con la privacidad, que llevó a Italia a prohibir su uso y a que varios países europeos se lo están planteando. El artículo 5 del borrador establece los usos prohibidos, que han sido enmendados en mayo para adecuarlos a los nuevos avances en la materia. Puede ver aquí un informe resumen con las enmiendas:

– Sistemas que usen técnicas subliminares para modificar el comportamiento humano. Al igual que ocurre con la publicidad engañosa, se pretende evitar que la IA sea utilizada con técnicas que, de manera imperceptible lleven a tomar decisiones que de otra manera no tomaríamos.

– Sistemas que aprovechen alguna de las vulnerabilidades de una persona o un grupo específico de personas para modificar su comportamiento. Prohibición similar a la anterior, pero con un grado mayor de relevancia, pues se trata de aquellos modelos que se aprovechan de personas o grupos de personas expuestas o más susceptibles a ser manejadas.

– Modelos que categorización biométrica que clasifiquen a personas físicas con arreglo a atributos o características sensibles o protegidos, o sobre la base de una inferencia de dichos atributos o características.

– Sistemas de calificación social. Esto nos recuerda mucho el famoso sistema chino.

– Sistemas de identificación biométrica remota «en tiempo real» en espacios de acceso público.

– Modelos inteligentes para predecir el riesgo de comisión de un delito o su reincidencia.

– Sistemas que creen o amplíen bases de datos de reconocimiento facial mediante la extracción no selectiva de imágenes faciales a partir de internet o de imágenes de circuito cerrado de televisión.

– IA de detección de las emociones.

– Sistemas de IA para el análisis de imágenes de vídeo grabadas de espacios de acceso público que empleen sistemas de identificación biométrica remota «en diferido», salvo con autorización judicial.

Ley de inteligencia artificial y Administración pública

Como vemos, las prohibiciones en el uso de la IA son muchas, y las enmiendas han ampliado enormemente el listado. Por lo que afecta al uso de la inteligencia artificial en la Administración pública podemos destacar, sobre todo, la prohibición de sistemas que podrían ayudar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en el ejercicio de sus funciones. En particular, los sistemas de identificación biométrica remota en tiempo real, los sistemas predictivos o los modelos de detección de emociones. Los primeros se quieren prohibir de plano, pues se han eliminado las excepciones que se establecían en el borrado de 2021.

Nos encontramos con el eterno dilema entre seguridad y privacidad. Y en esto hay gustos para todos. En un mundo cada vez más peligroso y repleto de amenazas, la policía y los jueces necesitan mejores herramientas para luchar contra el crimen, y la IA puede ayudar enormemente en esta tarea a través de la identificación de delincuentes en tiempo real, detectar en los gestos las denuncias falsas o quién miente en un interrogatorio, etc. Por otro lado, parece que nos adentremos en un mundo orwelliano, o ya estamos casi inmersos en él con tantas cámaras vigilando.

La privacidad y la presunción de inocencia podrían quedar en entredicho con estos sistemas. El equilibrio es difícil de lograr; no podemos pasar por alto la gran ayuda que estos avances en el uso de la IA pueden reportar a la sociedad y al servicio público, pero tampoco podemos olvidar los riesgos inherentes, que es lo que está estudiando la UE.

IA y gestión de personas

También puede verse afectada por las prohibiciones la aplicación de la inteligencia artificial en la gestión de recursos humanos. En la empresa privada ya se está experimentando la realización de entrevistas mediante una IA que puede utilizar una cámara para ver al entrevistado y captar sus expresiones. Los microgestos y la forma de expresarse el aspirante pueden dar pistas al entrevistador sobre su personalidad, con los peligros que ello conlleva, aunque con ventajas para la organización.

Estos sistemas de reconocimiento facial estarían prohibidos con la nueva Ley al inmiscuirse en la intimidad de las personas y poder extraer sus rasgos de personalidad, aunque nada impide que en una entrevista con un entrevistador psicólogo se realice la misma tarea.

Los asistentes virtuales

Por contra, y como se indicó, el uso de asistentes virtuales en la Administración pública y en las organizaciones en general, no parece que se vaya a limitar, salvo la previsión de avisar al usuario de que está tratando con un chatbot, lo que ya hacen la mayoría de servicios virtuales.

Conclusiones

Son muchas las posibilidades que está ofreciendo la IA, pero traen de la mano una gran cantidad de interrogantes sobre sus peligros y cómo afecta a los derechos de los ciudadanos. La Unión Europea es consciente de este dilema y trata de crear una regulación pionera que perfile cómo usaremos los sistemas inteligentes. Esperemos que la regulación sea congruente con esos beneficios y con todo lo que puede aportar.

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Inteligencia artificial en la gestión de recursos humanos

¿Sabía que la inteligencia artificial aplicada a la gestión de recursos humanos está revolucionando el sector? Con el potencial que ofrece esta tecnología de vanguardia las empresas ahora pueden optimizar sus procesos de selección y contratación, gestión de talento y desarrollo del personal de una manera más eficaz y eficiente que nunca. Desde la automatización de tareas rutinarias hasta la identificación de candidatos potenciales, la inteligencia artificial está cambiando la forma en que las organizaciones atraen, seleccionan y retienen su talento más valioso.

Inteligencia artificial y RRHH

La inteligencia artificial aplicada en recursos humanos permite ya que algoritmos avanzados analicen grandes volúmenes de datos (Big Data) en cuestión de segundos, ofreciendo información procesable e insights estratégicos para mejorar la toma de decisiones en materia de personal. Esto no sólo agiliza los procesos, sino que también reduce los errores y permite una gestión más precisa y personalizada del departamento de RRHH.

En este artículo veremos el impacto de la inteligencia artificial en los recursos humanos y cómo las organizaciones, públicas y privadas, pueden aprovechar esta tecnología innovadora para maximizar la productividad, la motivación laboral y el potencial de su capital más importante: las personas.

Aplicar la inteligencia artificial a los recursos humanos

La idea de hacer trabajar juntos inteligencia artificial y recursos humanos no es cuestión baladí. Es un ámbito realmente complicado en toda organización, pues supone tratar con la subjetividad, las motivaciones y los sentimientos humanos. Y no perdamos de vista que la gestión de personas es un área central en el éxito de una organización: las personas son su verdadero cerebro y músculo.

Los sesgos en el reclutamiento y la selección, así como en los procesos de evaluación del desempeño, son un gran límite para el éxito de esas áreas de los recursos humanos. Los algoritmos, el machine learning y el big data podrían ayudar enormemente en esta titánica labor.

Respecto a la selección de candidatos y, por tanto, a la hora de conocer su desempeño futuro (predicción del desempeño) la inteligencia artificial ya está ofreciendo unos resultados asombrosos. Por ejemplo, IBM Watson se está utilizando no solo en esta tarea sino de forma más general para atraer, retener y evaluar el talento.

Beneficios del uso de la inteligencia artificial en RRHH

La adopción de la inteligencia artificial en recursos humanos ofrece una amplia variedad de beneficios para las organizaciones, y cada vez se están encontrando más gracias al imparable desarrollo de esta tecnología algorítmica. A continuación expongo algunos de los principales beneficios:

1. Mayor eficiencia: Esta es, en suma, la finalidad última del uso de la IA. Automatiza tareas y nos ahorra tiempo, permitiendo que los profesionales de recursos humanos se centre en actividades más estratégicas y de valor añadido.

2. Toma de decisiones basada en datos: Los algoritmos avanzados y el aprendizaje automático permiten el análisis rápido y preciso de grandes volúmenes de datos, lo que brinda información valiosa para la toma de decisiones de recursos humanos. La IA se basa en probabilidad, y gracias a ella puede decirnos con qué grado de certeza podemos tomar ciertas decisiones. En determinados ámbitos podríamos, incluso, dejar que la IA tome las decisiones por sí misma. Eso sí, habrá que establecer los mecanismos de seguridad necesarios para que dichas decisiones no perjudiquen los derechos de los trabajadores ni se cometan sesgos.

Sobre este tema hablo más abajo.

3. Selección de candidatos más precisa: La inteligencia artificial puede analizar currículums y perfiles de candidatos en función de requisitos específicos, identificando a los candidatos más adecuados para un puesto de trabajo. Esto ahorra tiempo y mejora la calidad de las contrataciones.

4. Personalización: La inteligencia artificial permite la personalización de la experiencia del empleado, adaptando el contenido y la formación a las necesidades y preferencias individuales.

5. Mejora continua: Los sistemas de inteligencia artificial pueden aprender y mejorar con el tiempo, lo que permite una evolución constante en la gestión de recursos humanos.

Inteligencia artificial y productividad

Hace tiempo leía la noticia sobre un sistema de inteligencia artificial (IA) llamado Cogito, aplicado a los centros de atención al cliente o call center, que asesoraba en tiempo real al empleado a lo largo de cada llamada telefónica con un cliente. El sistema escucha la conversación y va dando consejos al trabajador. Así, si habla muy rápido o muy despacio se lo indica diciéndole que cambie el ritmo. Si lo nota algo somnoliento o cansado le muestra la imagen de una taza de café para que espabile.

Al tiempo que se produce cada llamada en el servicio de atención al cliente los datos se muestran en la pantalla del supervisor, que incluso sabe si el empleado ha minimizado la aplicación. Cogito se ha convertido, pues, en un asesor personal a la vez que en un supervisor/chivato sobre el desempeño profesional.

Al final de la conversación el sistema guarda toda esta información en una base de datos y ofrece estadísticas sobre el desempeño de cada trabajador, lo que servirá para evaluarle y mejorar su eficiencia.

El sistema Cogito ofrece una retroalimentación fabulosa al trabajador sobre su desempeño. Le da información útil en tiempo real, con lo que puede ir mejorando a cada instante, centrando sus esfuerzos en las áreas de mejora que le va indicando el algoritmo. Los resultados de su evaluación serán -así- mucho mejores gracias a ese feedback constante.

Se trata, en fin, de un modelo de aplicación de la IA a los RRHH que da qué pensar si realmente ayuda o nos convierte en esclavo de la tecnología.

Aplicaciones de la inteligencia artificial para selección de personal

El uso de la inteligencia artificial en selección de personal es una de las áreas en las que ha tenido un impacto muy significativo. Me gustaría señalar las 4 aplicaciones más comunes en este campo:

1. Creación de exámenes tipo test: Puedo decir por experiencia, que crear las preguntas para un examen tipo test resulta de lo más tedioso. Afortunadamente, he comprobado que la IA nos puede ayudar. si ir más lejos, tanto ChatGPT como Bing ayudan, aunque a veces se equivocan.

2. Análisis de currículos: Los sistemas de inteligencia artificial pueden analizar rápidamente grandes cantidades de currículums y extraer la información relevante, como experiencia laboral, habilidades y logros, filtrando los candidatos que no cumplen con los requisitos. Esto permite una evaluación más eficiente de los candidatos y una selección más precisa y rápida.

3. Entrevistas virtuales: La IA ha facilitado la realización de entrevistas virtuales a través de chatbots o sistemas de videoconferencia. Estas entrevistas pueden ser grabadas y analizadas posteriormente para una evaluación más objetiva de los candidatos. Deben tenerse en cuenta los límites que está estudiando la nueva Ley de IA de la Unión Europea sobre captación de micro-expresiones y los sesgos que se pueden dar en el modelo de entrenamiento que utilicen estos sistemas.

4. Evaluación de habilidades y méritos: Además de las conclusiones y calificaciones que obtenga los entrevistadores virtuales, la IA también puede evaluar las habilidades de los candidatos a través de pruebas y ejercicios en línea, proporcionando una evaluación más objetiva y precisa.

Por mi parte, he realizado pruebas mediante las que, aportando una relación de méritos y dando los criterios a la IA era capaz realizar una valoración. No obstante, siempre hay que recordar que para que un modelo de IA funcione en alguna tarea específica es necesario entrenarlo y especializarlo en esta.

Efectos de la inteligencia artificial en la gestión de personas

Estos sistemas, bien utilizados, son una herramienta estupenda para motivar y mejorar la conducta profesional. Si se hacen amigables y la interacción con el humano se convierte en cercana -algo así como los robots asesores o de compañía, pero a nivel laboral- la relación se tornará mucho más óptima. El trabajador se mostrará más dispuesto a interactuar con la IA y a aceptar sus consejos y seguimiento, con lo que esta se convertirá en un verdadero compañero y asesor en tiempo real.

Sin embargo, si el sistema se percibe como un algoritmo exclusivamente de control, como un jefe que está constantemente tras nosotros, los resultados pueden ser contraproducentes. A las personas nos gusta la autonomía en el trabajo, y es esencial que las organizaciones se la ofrezcan a sus trabajadores. Tanto control por una inteligencia artificial puede suponer que la motivación caiga drásticamente y podríamos volver al sistema de cadena de montaje y control del empleado propugnado por Frederick Taylor. Deshumanizar a la persona, controlar hasta el último minuto de su desempeño, puede tener consecuencias no deseadas, contraproducentes.

Por su parte, el borrador de la Ley de inteligencia artificial de la UE prevé una serie de riesgos y prohibiciones en su uso, que podría afectar su aplicación en la gestión de personas. Puede ver mi comentario de la norma en el enlace anterior.

Mayor autonomía para el empleado público

Se podría alegar que el tiempo que se pasa en la oficina es tiempo a disposición del empresario, y por ello nos paga. Es cierto, el control es normal, desde el sistema de fichaje horario hasta la supervisión de la conducta profesional ante el usuario o la mejora de la eficiencia en los resultados. Las empresas y las Administraciones quieren resultados por el salario que pagan.

No obstante, habrá que tener mucho cuidado con el nivel de control que se le da a la inteligencia artificial en la gestión de personas. No es lo mismo que los algoritmos intervengan en mejorar procesos o realizar tareas aburridas, que aplicarlos sobre el trabajo de las personas, susceptibles a los cambios y al control excesivo. La motivación laboral y hasta la felicidad en el trabajo son importantes dentro de la cultura organizacional, y podrían verse perjudicadas. Un ambiente agradable dentro del rigor de servir al ciudadano/cliente es importante y la IA puede ser un arma de doble filo.

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Analítica basada en IA para la toma de decisiones en RRHH

La toma de decisiones de recursos humanos se beneficia enormemente del análisis basado en inteligencia artificial. Los algoritmos avanzados y el aprendizaje automático permiten el análisis rápido y preciso de grandes volúmenes de datos, brindando información valiosa para la toma de decisiones estratégicas. Estas son algunas de las aplicaciones del análisis basado en inteligencia artificial en recursos humanos:

1. Previsión de necesidades de personal: La inteligencia artificial puede analizar datos históricos y tendencias para predecir las necesidades futuras de personal, lo que facilita la planificación de la fuerza laboral.

2. Análisis de desempeño y retención: La inteligencia artificial puede analizar el desempeño y los datos de los empleados para identificar patrones y factores que influyen en la retención del talento, lo que permite implementar medidas preventivas para reducir la rotación, el absentismo o, incluso, el abandono de la organización.

3. Análisis de la diversidad y la inclusión: La IA puede analizar los datos demográficos y de diversidad de los empleados para identificar desequilibrios y brechas, lo que ayuda a implementar estrategias más inclusivas y equitativas.

4. Optimización de la fuerza laboral: con algoritmos de IA podemos analizar la asignación de tareas, la carga de trabajo y la disponibilidad de habilidades para optimizar la distribución de la fuerza laboral y mejorar la eficiencia.

Consideraciones éticas en la implementación de la IA en RRHH

Aunque la inteligencia artificial ofrece una serie de beneficios para la gestión de recursos humanos, también plantea desafíos éticos y consideraciones importantes. Algunas de las consideraciones éticas más relevantes son las siguientes:

1. Sesgo algorítmico: Los algoritmos pueden reflejar sesgos inherentes a los datos utilizados para entrenarlos, lo que puede resultar en decisiones discriminatorias o injustas. Es importante garantizar la equidad y la imparcialidad en la implementación de la inteligencia artificial.

En este sentido, se aprobó en España la Ley 15/2022, integral para la igualdad de trato y la no discriminación, que aborda estos límites al uso de los algoritmos en el entorno laboral.

2. Privacidad y protección de datos: La inteligencia artificial requiere el acceso a grandes volúmenes de datos personales, lo que plantea preocupaciones sobre la privacidad y la protección de datos, como se dijo. Las organizaciones deben garantizar el cumplimiento de las regulaciones de protección de datos y adoptar medidas para proteger la privacidad de los empleados. en tal sentido, recordamos que la futura Ley de IA de la UE trabaja en estos aspectos.

3. Transparencia y explicabilidad: Los sistemas de inteligencia artificial a menudo son cajas negras (por sus capas ocultas), lo que significa que sus decisiones y procesos no son fácilmente explicables. Es importante garantizar la transparencia y la explicabilidad de los sistemas de inteligencia artificial para garantizar la confianza y el entendimiento.

4. Impacto en el empleo: La implementación de la inteligencia artificial puede tener un impacto en los empleos existentes, ya que muchas tareas pueden ser automatizadas y se perderán puestos de trabajo, si bien es cierto que aparecerán otros (analistas de Big data, prompt engineering…). Es importante considerar y gestionar el impacto en los empleados y brindar oportunidades de formación y reasignación.

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